ACTITUDES QUE INFLUYEN
Y si mal os parece servir a Jehová, escogeos hoy a quién sirváis; si a
los dioses a quienes sirvieron vuestros padres, cuando estuvieron al otro lado
del río, o a los dioses de los amorreos en cuya tierra habitáis; pero yo y mi
casa serviremos a Jehová. Josué 24:15
Cuando una familia vive con Cristo en
el Centro, lo vive en cada situación que les toca vivir, como hemos visto en
días anteriores, Cristo como fundamento, el ejemplo que damos a los demás, la
centralidad en la palabra y hoy completamos con las actitudes con las cuales
enfrentamos a esta sociedad que ignora a Dios, todo esto va a ayudar a que
seamos una familia Cristocéntrica.
Nuestras actitudes influyen y pueden
bendecir a los integrantes de nuestra familia. Josué fue un importante líder en
la historia de la conquista de la Tierra Prometida. Él guió al pueblo de Dios
en toda la conquista, junto con los israelitas experimentaron la mano de Dios en
cada situación durante la mencionada conquista.
Al final del libro de Josué se plantea
una situación en la que Josué tiene que tomar una actitud que no solo influirá
a su familia, sino que también impactará en las miles de vidas de los
israelitas que tomaron como ejemplo esta actitud. En este caso una familia con
una actitud diferente influyó a otras familias.
Los israelitas se habían desviado y
estaban adorando a otros dioses, lo cual hacía que se alejaran cada vez más de
los caminos del verdadero Dios.
Josué los confronta en cierto momento
y les dice que deben elegir a quien servir y adorar. Que ellos podían elegir
entre los dioses de los lugares donde habían estado y el verdadero Dios
(Jehová), pero que él y su familia servirían a Jehová.
¡Que tremenda determinación! Esta
actitud salvaría a su familia, estoy seguro que cada integrante de ella estaba
de acuerdo con esta declaración y los israelitas al ver la actitud de esta
familia fue influida a tomar la mejor decisión.
La respuesta del pueblo fue “a Jehová,
nuestro Dios serviremos, a su voz obedeceremos”[1] que tremenda bendición
encontrarse con una familia que mediante una actitud correcta pueda influir a
muchos.
En este día somos desafiados por esta
palabra y deberíamos tener en cuenta dos aspectos importantes:
1. La actitud familiar.
¿Qué
actitud tienen como familia frente a lo que en este tiempo son las propuestas
de la sociedad? Por ejemplo, su actitud frente al aborto, a la violencia de
género o frente a la corrupción generalizada enquistada en todos los niveles de
nuestra sociedad. ¿Cuál es nuestra respuesta cuando hablamos de estos temas?
¿Qué actitud tomamos frente a los que nos están viendo y piensan en el aborto,
la violencia, la corrupción, el trabajo en negro, el evadir impuestos, no pagar
impuestos y esperar una moratoria para pagar menos? Son todos temas que
requieren de nosotros una actitud firme y que nos ubique en un lugar en contra
de esas prácticas en nuestra sociedad y que son practicadas por muchos que
dicen creer en Dios.
2. La influencia de nuestra familia.
No
debemos ser influidos, al contrario, debemos influir con nuestras actitudes. La
Palabra de Dios nos dice: “Conviértanse ellos a ti y tú no te conviertas a
ellos”[2]. Aplicando este pasaje
tendríamos que decir, “no hagan lo que todos hacen, no sean influidos, sino
influyan a los que están a su alrededor.
Que bueno sería que este día podamos
como familia influir a otros, que los demás nos miren como un ejemplo de
familia, que nuestros vecinos, que nuestros compañeros de trabajo deseen ser
como nosotros, por el ejemplo de vida que estamos dando, por ser simplemente
una familia con Cristo en el Centro.
Ora conmigo de ésta manera:
“Señor en este día te pido que nos des la gracia como familia de ser
ejemplo, que nuestras actitudes influyan a alguien hoy. Que tu bendición se
imparta en otros a través de nuestras actitudes. En el nombre de Jesús”
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