DULCE REFUGIO
El temor del
Señor es un baluarte seguro, que sirve de refugio a los hijos. Proverbios 14:26
Dulce
refugio en la tormenta es Jesucristo el Salvador, Él me alienta y alimenta con
su Palabra y su Amor. Vengo a reposar en Él, Él es mi amigo fiel[1]….
Esta es la
letra de una canción que cantábamos hace años y que nos habla de una realidad
que debemos tener en cuenta cada día.
Una familia
con Cristo en el Centro es refugio para sus integrantes pues el que está en el
centro de la misma es el mismo Señor. No que la familia es refugio por sí
misma, sino por el hecho de que Cristo está allí tomando el control y dirección
de la misma.
Si Cristo
está en el centro de nuestro hogar, somos una familia feliz. Si él no está en
nuestra familia, estamos en peligro.
Terminando
la semana el tema importante es que debemos hacer de nuestra familia el refugio
para cada uno de ellos.
·
¿Por qué un
refugio?
·
¿Para qué lo
necesitamos?
Vivimos en
un tiempo donde necesitamos de un ámbito y éste debe ser el entorno familiar
centrado en Cristo al cual podamos acudir en medio de las dificultades, las
pruebas, el tiempo difícil, el camino cuesta arriba.
Muchas veces
nos encontramos con personas que no tienen la bendición de ese refugio en la
familia y no saben dónde ir.
Estar en un
refugio nos habla de contención, habla de seguridad, de ayuda, de protección.
Es nuestra familia esa clase de refugio?
No debemos hablar mucho más de este tema, hoy debemos ser prácticos y de una manera
sencilla construir sin tardanza ese refugio familiar.
Primero,
Cristo en el centro de mi familia, él es que construye ese refugio, él es el
que le da solidez a nuestro refugio. Si Cristo esta en el Centro, todo está bien,
si no está allí tenemos un problema.
Segundo,
tenemos que llevar a todos a ese refugio, y eso lo vamos a lograr estableciendo
periódicamente el altar familiar. Es necesario que cada uno de nosotros seamos
constructores de altares y refugios fuertes.
Tercero,
aprender a ir al refugio en medio de la tormenta. Estuve hace poco en un lugar
donde los tornados son comunes, la gente convive con esa realidad. Pero una
cosa noté, que cada uno de ellos desde al más chico hasta el más grande sabe
dónde buscar refugio en caso de tornado. Lo aprendieron, fueron enseñados para
buscar el mejor refugio en caso de que aparezca este problema.
Así debe
pasar en nuestra familia, cada uno de los integrantes debe saber dónde está el
refugio, donde buscar la seguridad, donde encontrar la seguridad en medio de la
tormenta.
Ora conmigo:
“Señor en este día, ayúdanos a construir
un refugio seguro para la familia, que no nos importe cuán grande sea nuestro
problema, pues nuestro refugio es seguro porque Tú estás allí. Padre que cada
uno, padres, hijos, hermanos, etc. Aprendamos a refugiarnos en Ti. En el nombre
de Jesús”
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