MANTENERSE FIRME
Mantengamos firme,
sin fluctuar, la profesión de nuestra esperanza, porque fiel es el que
prometió. Hebreos 10:23
Alguien dijo alguna
vez “lo difícil no es llegar, lo realmente difícil es mantenerse allí”. Esta es
una verdad que parte de observar a tantos que creyendo haber logrado lo que se
habían propuesto luego de haberlo hecho no se pudieron mantener en ese logro.
En lo espiritual se
aplica el mismo principio, ya que algunos cristianos viven acercándose a Dios y
logrando hermosas experiencias con su Dios de una manera puntual y esporádica y
no de una forma permanente. Estas personas viven de lo que lograron, de lo que
alguna vez experimentaron y fue hermoso pero en el pasado, hoy solo queda de esa
experiencia el recuerdo.
Es muy común en esta
clase de personas decir “nosotros hacíamos esto y aquello y trabajábamos para
el Señor y pasaba esto y aquello”. Su experiencia y testimonio siempre será en
tiempo pasado y bien pasado.
Nuestra experiencia y testimonio
debe ser lo más actual posible, podemos recordar el pasado, pero el testimonio
debe ser el de ayer, el hoy, el de esta mañana. El testimonio del pasado, no es
malo, solo que es de bendición más para otros que para nosotros, por la simple
razón que ya pasó, que es historia y la bendición más grande para nosotros ya
fue. El testimonio de hoy es el que bendice al otro y a nosotros mismos porque
no habla de lo que fuimos en algún momento, habla de que somos hoy.
El tema de hoy es
mantenernos firmes, y esto es importante ya que si queremos vivir acercándonos
a Dios cada día como veíamos ayer, tendremos que aprender el significado de
mantenernos firmes.
La Palabra de Dios nos
enseña a mantenernos firmes sin fluctuar, sin desmayar, sin aflojar, sin dejar
de hacerlo.
Creceremos en este día
comprendiendo que si bien es importante haber llegado, también lo es tener la
virtud de mantenerse firme, sin desmayar.
Solo dos palabras nos
ayudaran a mantenernos firmes:
1.
Esperanza.
Debemos desarrollar nuestra esperanza, debemos declarar que
esperamos en Dios, que nuestra esperanza es grande. El apóstol Pablo nos dice
que la esperanza no avergüenza[1].
Seamos personas en este día que profesan esperanza, que anuncian, que declaran
que esperan en Dios, ya que al hacerlo somos benditos[2]
2.
Promesas.
El texto de hoy nos dice que fiel es el que lo prometió y
debemos creerlo, debemos vivirlo. En la Biblia existen miles de promesas para
los hijos de Dios y hoy aprendimos que el que nos dio esas promesas es fiel
para cumplirlas.
¿Qué más necesitamos? Miles de promesas y la seguridad de
que van a ser cumplidas.
Mantengámonos firmes
desarrollando nuestra esperanza en Dios, apropiándonos de las promesas que nos
ha dejado. Mantenernos sin fluctuar no es tarea fácil, es una tarea posible con
la ayuda de Dios.
Haz esta oración:
“Señor, ayer me comprometía a acercarme a ti con acciones concretas,
hoy te estoy pidiendo mantenerme sin desmayar en la profesión de mi esperanza
en ti. Señor hoy me aferro a tus promesas, las hago mías y camino firme y sin
desmayar. En el nombre de Jesús”
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