40 DIAS CON CRISTO EN EL CENTRO DÍA 34


BALANCE PERFECTO
No quiero, hermanos, que ignoréis acerca de los dones espirituales. 1ª Corintios 12:1
Porque si todos fueran un solo miembro, ¿dónde estaría el cuerpo? Pero ahora son muchos los miembros, pero el cuerpo es uno solo. Ni el ojo puede decir a la mano: No te necesito, ni tampoco la cabeza a los pies: No tengo necesidad de vosotros. 1ª Corintios 12:19-21

El cuerpo humano es una maravillosa creación, y Dios al hablar de dones en la Iglesia, toma este ejemplo y dice que somos un cuerpo. Con todo lo que esto implica.
El cuerpo humano es el ejemplo perfecto de funciones, actividad y dependencia mutua. Todo, absolutamente todo en el cuerpo esta inter-relacionado y la dependencia del uno al otro es tan impresionante que ninguna parte del cuerpo puede decir a otra que no la necesita, pues si una sola de ellas falla, se produce un efecto en cadena que termina en que el cuerpo muere.

Un glóbulo blanco no podría decirle a los de la serie roja que no es necesario, un ojo, no le puede decir al pie, yo soy más importante. Existe una maravillosa dependencia que hace que nos necesitemos mutuamente, que dependamos el uno del otro, si alguna parte del cuerpo deja de funcionar por insignificante que parezca, el cuerpo se enferma.

Así es en la Iglesia y con los dones. Todos no pueden visitar los hospitales, no todos hacen oración intercesora. No todos sienten carga por ir a visitar las cárceles, o pueden hablar por teléfono en el ministerio de evangelismo. Predicar no es más importante que recibir a las personas, dirigir o cantar no es más importante que estar en la plaza predicando. Todos nos necesitamos, funciones y responsabilidades distintas pero dependientes el uno del otro.

Así funciona el cuerpo de Cristo, es maravilloso saber que soy necesario en el Cuerpo de Cristo y que necesito de otros.

Un ejercicio espiritual para hoy:
1.     Dele gracias a Dios por los dones que hay en la Iglesia. Haga una lista de 10 personas y de alguna manera hágale saber que los necesita en el cuerpo y que valora su don. Bendiga a esas personas

2.     Comprométase delante de Dios a activar su don como parte del cuerpo de Cristo, reconozca que su don es importante en la Iglesia y que los demás lo necesitan para que la Iglesia (el Cuerpo de Cristo)  goce de buena salud.

Le aconsejo tomar el seminario de dones que se dictará en el CFC en el mes de Julio, allí hablaremos extensamente de los dones y finalizaremos con una reunión donde oraremos y ministraremos dones.

Acompáñeme en esta oración:
“Señor te doy gracias por mis hermanos y sus dones, tu sabes cuánto los necesito, en este día les bendigo, reconozco sus dones y declaro que los necesito. También te doy gracias por mis dones, sé que soy necesario en el cuerpo de Cristo, ayúdame a ejercer mi don bajo tu Señorío. En el Nombre de Jesús”


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