BALANCE PERFECTO
No quiero, hermanos, que ignoréis acerca de los dones espirituales. 1ª Corintios 12:1
Porque si todos fueran un solo miembro, ¿dónde estaría el cuerpo? Pero
ahora son muchos los miembros, pero el cuerpo es uno solo. Ni el ojo puede
decir a la mano: No te necesito, ni tampoco la cabeza a los pies: No tengo
necesidad de vosotros. 1ª Corintios
12:19-21
El cuerpo humano es una maravillosa creación, y Dios al hablar de
dones en la Iglesia, toma este ejemplo y dice que somos un cuerpo. Con todo lo
que esto implica.
El cuerpo humano es el ejemplo perfecto de funciones, actividad y
dependencia mutua. Todo, absolutamente todo en el cuerpo esta inter-relacionado
y la dependencia del uno al otro es tan impresionante que ninguna parte del
cuerpo puede decir a otra que no la necesita, pues si una sola de ellas falla,
se produce un efecto en cadena que termina en que el cuerpo muere.
Un glóbulo blanco no podría decirle a los de la serie roja que no es
necesario, un ojo, no le puede decir al pie, yo soy más importante. Existe una
maravillosa dependencia que hace que nos necesitemos mutuamente, que dependamos
el uno del otro, si alguna parte del cuerpo deja de funcionar por
insignificante que parezca, el cuerpo se enferma.
Así es en la Iglesia y con los dones. Todos no pueden visitar los
hospitales, no todos hacen oración intercesora. No todos sienten carga por ir a
visitar las cárceles, o pueden hablar por teléfono en el ministerio de
evangelismo. Predicar no es más importante que recibir a las personas, dirigir
o cantar no es más importante que estar en la plaza predicando. Todos nos
necesitamos, funciones y responsabilidades distintas pero dependientes el uno
del otro.
Así funciona el cuerpo de Cristo, es maravilloso saber que soy
necesario en el Cuerpo de Cristo y que necesito de otros.
Un ejercicio espiritual para hoy:
1.
Dele gracias a Dios
por los dones que hay en la Iglesia. Haga una lista de 10 personas y de alguna
manera hágale saber que los necesita en el cuerpo y que valora su don. Bendiga
a esas personas
2.
Comprométase
delante de Dios a activar su don como parte del cuerpo de Cristo, reconozca que
su don es importante en la Iglesia y que los demás lo necesitan para que la
Iglesia (el Cuerpo de Cristo) goce de
buena salud.
Le aconsejo tomar el seminario de dones que se dictará en el CFC en el
mes de Julio, allí hablaremos extensamente de los dones y finalizaremos con una
reunión donde oraremos y ministraremos dones.
Acompáñeme en esta oración:
“Señor te doy gracias por mis hermanos y sus
dones, tu sabes cuánto los necesito, en este día les bendigo, reconozco sus
dones y declaro que los necesito. También te doy gracias por mis dones, sé que
soy necesario en el cuerpo de Cristo, ayúdame a ejercer mi don bajo tu Señorío.
En el Nombre de Jesús”
0 Deja tu comentario o saludo:
Publicar un comentario