CRISTO EL SEÑOR DE MIS DONES
Por tanto, os hago saber que nadie que
hable por el Espíritu de Dios llama anatema a Jesús; y nadie puede llamar a
Jesús Señor, sino por el Espíritu Santo 1ª
Corintios 12:3
En el inicio de esta semana nos
abocaremos a desarrollar el tema: “Cristo es el Señor de mis dones”. Los dones espirituales
son dados por el Señor Jesucristo a cada uno de nosotros y por lo tanto si Él
es el Señor de cada uno de nosotros, y el mismo nos ha dado los dones, Cristo
debe ser el Señor de nuestros dones.
Dones es la palabra que utilizamos para
referirnos a la capacidad espiritual dada por Dios una vez que hemos recibido a
Cristo como el Señor y Salvador de nuestras vidas.
Algunas consideraciones que no podemos
ignorar.
·
Cada uno de nosotros tenemos dones dados por Dios.
·
La palabra don viene de una palabra en griego que es dora= dora = regalo
·
Cada uno de nosotros debemos anhelar tener abundancia de
dones y los mejores dones[1]
·
Nuestros dones son para edificar la iglesia.
Nuestro objetivo durante esta semana es
que cada uno de nosotros sienta carga por descubrir los dones que Dios nos ha
dado y que seamos desafiados por el Espíritu Santo a desarrollarlos y
ejercerlos en los ministerios de nuestra congregación.
Debemos recordar que este no es un
estudio acerca de los dones, sino un devocional que nos inspirará sobre este
tema y nos movilizará a ejercerlos.
Por lo tanto la enseñanza para hoy es la
siguiente: debemos ejercer nuestros dones bajo el señorío de Cristo en nuestras
vidas. Todo don ejercido fuera del señorío de Cristo es ejercido en la carne y
no tiene los efectos ni alcance que tendría si Cristo como Señor estuviese
presente.
La Iglesia de Corinto ejercía los dones
en ocasiones sin el señorío de Cristo y esto causó división en la Iglesia.
Específicamente ellos ejercían el don de lenguas bajo el señorío de su
carnalidad y esto los dividió[2].
Directamente y sin rodeos en 1ª
Corintios 13 les instruye que podemos tener todos los dones, pero si no tenemos
el Amor, no nos va a servir de nada.
El Amor debe ser lo más importante para
nosotros, el Amor de Dios es el que produjo que Cristo pudiese venir a darnos
la salvación que necesitábamos[3], y
nuestro Amor hacia Dios produce que Él sea nuestro Señor de una manera bien
práctica.[4]
Recordemos que Cristo nos enseño que el primer mandamiento es Amar a Dios con
nuestras fuerzas, con nuestra mente, con todo nuestro ser. Si esto no lleva a
Cristo al centro de nuestra vida, ¿qué pues lo llevará?
¿Tienes dones? ¿De qué manera los estás
ejerciendo? ¿Lo haces con Cristo en el centro de tu vida? ¿O lo haces bajo la
influencia de tu propia carnalidad?
Este es un buen tiempo para hacer un
alto y meditar cada uno y abrir nuestro corazón y responder estas preguntas.
Si crees en Dios y dices que no tienes o
que no sabes si tienes dones, debes ahora pedirle a Dios que te ayude a
descubrir esos dones que ya te ha dado. Si los estás ejerciendo bajo tu propia
carnalidad, tienes urgente que buscar el señorío de Cristo en tu vida. Si estas
ejerciendo tus dones bajo el señorío de Cristo, te animo a que en esa relación
procures abundar en ellos.
Haz esta oración:
“Señor, en este día, renuevo mi compromiso de vivir contigo en el Centro de
mi vida, si en algún momento he activado mis dones bajo el dominio de mi
propios deseos, yo te pido perdón y hoy te pido que me ayudes a descubrir
aquellos que aún no he podido descubrir. En el nombre de Jesús”
0 Deja tu comentario o saludo:
Publicar un comentario