40 DIAS CON CRISTO EN EL CENTRO DIA 23


LA INFLUENCIA DE LA FAMILIA
Pues me viene a la memoria la fe sincera que hay en ti, la cual habitó primero en tu abuela Loida, y en tu madre Eunice y estoy seguro que habita también en ti    Timoteo 1:5

Los integrantes de una familia sirven de influencia a los miembros de la misma, es sabido que los hijos sacan de los padres el color de ojos, la altura, el tipo y color de cabello. Esta influencia es genética, se trasmite por los genes, viene en el ADN como una información que la recibimos cuando nacemos y la desarrollamos a medida que crecemos.

En lo espiritual, en el área de nuestros hábitos ocurre exactamente lo mismo. Podemos influir para bien o para mal a los miembros de nuestra familia. Hay una pregunta que me gustaría que respondiéramos en este día:
¿Estamos influyendo a los miembros de nuestra familia en lo espiritual o algún buen hábito?

El pasaje que tenemos de referencia hoy es el que el apóstol Pablo le escribe a Timoteo y le dice que ve en él “fe sincera”, pero le aclara que esa fe la había visto primero en su abuela y luego en su madre. La mamá y la abuela eran personas de fe, y luego el nieto, el hijo era una persona de fe. ¿Es que la fe se hereda? ¿La fe se imparte? ¿Por estar con personas de fe, adquirimos fe?

Creo que la mejor respuesta a estas preguntas en este caso en particular es que la abuela Loida y la mamá Eunice eran personas que ejercían su fe diariamente y Timoteo vio eso cotidianamente, en cada situación que les toco vivir ellas ejercían la fe y por lo tanto esa fe fue impartida por el ejemplo de estas mujeres.

Hay un dicho popular que dice “de tal palo, tal astilla”, Este dicho es realidad y podemos ser de buena o de mala influencia para los que nos rodean, por lo tanto en nuestras familias es importante que busquemos ser de buena influencia a los que están a nuestro alrededor, debemos cuidar nuestras palabras, nuestros gestos, nuestras acciones, si bien nuestra relación con Dios es personal y privada, debe ser tan notoria que los demás puedan verla, sentirla y así influir para bien a los miembros de nuestra familia.

A diario influimos y somos influidos, debemos disponernos en este día a ser buena influencia para nuestra familia. En lo cotidiano, en lo que surge como un imprevisto y no lo esperábamos debemos dejar que el Fruto del Espíritu aflore sobre nosotros y sea ese Fruto el que influya sobre los que están en nuestra familia.

¿Cuál es nuestro aporte para que nuestra familia crezca en su relación con el que es el Señor de la familia? ¿De qué manera nosotros influimos para ayudar a otros a mirar a Cristo?, no olvidemos que cada una de nuestras palabras, acciones, determinaciones pueden ayudar a otros a formar en ellos buenos o malos hábitos.

Necesitamos muchas Loidas y Eunices que puedan ser de ejemplo y formen vidas a la imagen de Jesucristo. ¿Te encuentras entre ese grupo de personas que influyen para bien?

Me gustaría terminar la meditación de este día haciendo dos cosas:
1.     Dale gracias a Dios por la influencia que son para tu vida los integrantes de tu familia.
2.     Pídele al Señor que te dé la oportunidad de ser de bendición influyendo para bien en alguien de tu familia.


Haz tu propia oración teniendo en cuenta estos dos puntos.

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