EL SEÑORIO DE CRISTO Y EL CRISTIANO
ESPIRITUAL
"En cambio el espiritual juzga todas las cosas; pero él no es
juzgado de nadie". 1 Corintios 2:15
El Cristiano espiritual es una persona que se aleja
continuamente de los deseos de la carne,
el vivir bajo los deseos de la carne nunca nos llevará al Señorío de Cristo.
Sin embargo cuando entregamos nuestra carnalidad, Cristo puede llegar a ser el
Centro de nuestra vida.
El cristiano espiritual manifiesta en su vida el
fruto del Espíritu. La vida Cristo céntrica manifiesta el fruto del Espíritu y
aleja las obras de la carne de nosotros.
En la vida del cristiano espiritual se manifiestan
dos señales claras, estas lo caracterizan y diferencian de los otros.
1. El cristiano espiritual camina bajo la
dirección del Espíritu
"Porque todos los que son guiados por el Espíritu de Dios, estos
son hijos de Dios"[1]
Cuando somos guiados por el Espíritu Santo, vivimos
bajo el señorío de Cristo y nuestra vida es transformada. El Espíritu nos
conduce a la verdad[2] y
nos acerca a Dios.
Para ser guiados por el Espíritu cada uno de
nosotros tenemos que vivir una vida que observe dos acciones concretas:
a.
Lectura de la Palabra de Dios: “lámpara es a mis pies tu Palabra y lumbrera
a mi camino”[3]
Somos guiados por el Espíritu y conocemos su Voluntad cuando permanecemos en la
revelación escrita que Dios nos ha dejado.
b.
Escuchar Su Voz a través de la oración. Cuando
nos comunicamos con Dios a través de la oración, poniendo su Palabra delante.
Somos guiados por el Espíritu.
2. El cristiano espiritual tiene el fruto del
Espíritu.
"Más el
fruto del espíritu es amor, gozo, paz, paciencia, benignidad, bondad, fe,
mansedumbre, y templanza"[4]
El apóstol Pablo nos menciona en su carta a los
gálatas, nueve elementos que conforman el fruto del Espíritu, es curioso que el
apóstol hable de fruto en singular y mencione a nueve elementos. El motivo de
esto es que el fruto del Espíritu es la manifestación de estos elementos en su
conjunto, por lo tanto si tenemos uno de
ellos, por ejemplo el amor, no tenemos el fruto del Espíritu, es más si tenemos
ocho de ellos, aun así no tendríamos el fruto sino parte de él.
La vida de quien vive bajo el Señorío de Cristo es
enfocarse en desarrollar en su vida este conjunto de nueve elementos llamado el
fruto del Espíritu. Esto nos hará personas que bendicen a los demás con el Amor
de Dios, que son pacientes, que llevan la paz de Dios a otras vidas, que son
benignos, bondadosos, que ejercen la fe, que son mansos y demuestran templanza
en cada situación que les toca vivir. El fruto del Espíritu edifica tu vida y
la de los que están a tu alrededor.
Después de tres días meditando en diferentes tipos
de personas, la pregunta hoy es:
¿En qué grupo estamos nosotros?
La mayoría de las personas contestan ligeramente y
contestan sin pensar bien lo que están respondiendo. Muchos dicen, yo soy un
cristiano espiritual, o yo llevo una vida cristo céntrica, Cristo está en el
centro de mi vida.
La pregunta hoy requiere de nuestra sinceridad, ya
que no tenemos que levantar nuestra mano para que alguien nos vea en que grupo
estamos.
Esta es una pregunta personal:
¿En qué grupo te encuentras?
Si has aceptado a Cristo como el Salvador de tu
vida, ya tienes que descartar un grupo, definitivamente no perteneces al grupo
de hombre natural.
Si tienes a Cristo y él te ha salvado, hay dos
posibilidades o eres un cristiano carnal o eres un cristiano espiritual.
Es uno u otro, la diferencia la hace lo que expresa
tu vida: o las obras de la carne o el fruto del Espíritu.
Este es uno de esos días que no necesitas ser
guiado en una oración.
Con tus palabras pídele al Señor que te ayude a
estar en el mejor grupo. Dile a tu Señor que te ayude a ser un cristiano
espiritual. Que tengas un bendecido día.

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