CRISTO EL CENTRO DE MI FAMILIA
Repasemos
las enseñanzas de la semana y llevemos a Cristo al Centro de nuestra familia.
Si Jehová no edificare la casa, En vano trabajan los
que la edifican; Si Jehová no guardare la ciudad, En vano vela la guardia. Salmo
127:1
¿Quieres en este día construir tu hogar como Dios
quiere y ver que éste crece bajo la unción de nuestro Dios? Desde la función que
te toca en el hogar, si eres padre, si eres mamá, o quizá alguno de los hijos
de la casa, tu participación será importante para llegar a que Cristo sea el
Centro de tu Hogar. ¿Quieres hacer tu parte? ¡Claro que sí! Entonces pon
atención a la enseñanza de este día:
Lo primero que
tenemos que tener en cuenta es
entender lo fundamental que es que Cristo este en el Centro de nuestra
familia, esto quiere decir que debe ser Él quien sea el artífice de las
transformaciones que se van produciendo en tu núcleo familiar.
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Pues me viene a la memoria la fe
sincera que hay en ti, la cual habitó primero en tu abuela Loida, y en tu madre
Eunice y estoy seguro que habita también en ti
2ª Timoteo 1:5
Hay un dicho popular que
dice “de tal palo, tal astilla”, Este dicho es realidad y podemos ser de
buena o de mala influencia para los que nos rodean, por lo tanto en
nuestras familias es importante que busquemos ser de buena influencia a los
que están a nuestro alrededor, debemos cuidar nuestras palabras, nuestros
gestos, nuestras acciones, si bien nuestra relación con Dios es personal y
privada, debe ser tan notoria que los demás puedan verla y sentirla, y así
influir para bien a los miembros de nuestra familia.
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Tu desde la niñez has conocido
las Sagradas Escrituras, las cuales te pueden hacer sabio para la salvación por
la fe que es en Cristo Jesús 2ª Timoteo 3:15
La Biblia
tiene el mensaje de Dios para la familia, en ella encontramos los consejos
para que cada uno de nosotros lleve a Cristo a su mismo centro y así ser lo
que Dios quiere que sea.
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Es en el altar familiar donde como familia y en el contexto del hogar
nosotros adoramos a Dios y le damos el lugar que realmente debe tener en la
familia. Es en ese ambiente donde experimentamos las mayores victorias, es
inmerso en ese ámbito donde crecemos espiritualmente como una familia
Cristocéntrica.
El altar familiar es donde ponemos en práctica la oración intercesora
a favor de los miembros de nuestra familia, en ese altar es donde realmente
empieza nuestra experiencia de adoración a Dios, y luego esa experiencia la
llevamos a las reuniones de adoración.
Y si mal os parece servir a Jehová, escogeos hoy a quién sirváis; si a
los dioses a quienes sirvieron vuestros padres, cuando estuvieron al otro lado
del río, o a los dioses de los amorreos en cuya tierra habitáis; pero yo y mi
casa serviremos a Jehová. Josué 24:15
No debemos ser influidos, al
contrario, debemos influir con nuestras actitudes. La Palabra de Dios nos
dice: “Conviértanse ellos a ti y tú no te conviertas a ellos”. Aplicando
este pasaje tendríamos que decir, “no hagan lo que todos hacen, no sean
influidos, sino influyan a los que están a su alrededor.
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El temor del Señor es un baluarte seguro que sirve de
refugio a los hijos. Proverbios 14:26
Dulce
refugio en la tormenta es Jesucristo el Salvador, Él me alienta y alimenta con
su Palabra y su Amor. Vengo a reposar en él, él es mi amigo fiel[1]….
Esta es la
letra de una canción que cantábamos hace años y que nos habla de una realidad
que debemos tener en cuenta cada día.
Una familia
con Cristo en el Centro es refugio para sus integrantes pues el que está en el
centro de la misma es el mismo Señor. No porque la familia es refugio por sí
misma, sino por el hecho de que Cristo esta allí tomando el control y dirección
de la misma familia.
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